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Sabemos que todos vamos a morir, es algo inevitable, pero no sabemos cuándo y en qué circunstancias sucederá. De ahí el afán de las personas por buscar opciones que les ayuden a blindar financieramente a sus dependientes económicos en caso de que algo inesperadamente adverso les ocurra; por ejemplo, un accidente o enfermedad mortal que derive en su fallecimiento o les impida seguir siendo los proveedores de sus seres queridos.
Y la verdad es que nunca como ahora las personas han estado tan reflexivas en lo frágil que es la salud y la vida. La pandemia del coronavirus nos ha obligado a revalorar instrumentos de cobertura financiera como los seguros de salud y de vida.
De acuerdo con estadísticas de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), al 14 de diciembre de 2020 las compañías registraron 18,982 casos de Covid-19 entre sus asegurados de gastos médicos y 34,871 en el segmento de seguro de vida. En ambos casos los asegurados eran, principalmente, del género masculino.
Cabe anotar que, aunque la integración de la mujer al mercado laboral es cada vez más importante, el hombre continúa siendo el principal proveedor en la mayoría de los hogares mexicanos por lo que contar con un seguro de vida es una decisión apremiante.
Adquirir un seguro vida no es un gasto sino una inversión. Tiene el objetivo de proteger a tus seres queridos, en caso de que te ocurra una desgracia, a través de coberturas por muerte, invalidez, enfermedades terminales y gastos funerarios.
Sin embargo, es importante que sepas que en el mercado existen diversos tipos de seguros de vida que van del tradicional -aquel en el que sólo al fallecer el asegurado sus beneficiarios reciben la suma contratada- hasta los que integran un componente de ahorro y que en caso de supervivencia el asegurado puede disponer de cierto monto para financiar distintas metas financieras (educación de sus hijos, montar un negocio, mejorar su calidad de vida en el retiro, etcétera). Sin duda, esta modalidad los hace más atractivos tanto para el asegurado.
Entre las opciones de seguros de vida elige el que mejor se ajuste a tus características (edad, ingreso, dependientes económicos, etcétera) y necesidades (tipo de cobertura). Aquí enlistamos algunos de los que hay en el mercado, aunque éstos pueden tener muchas variantes que te conviene explorar para elegir tu mejor opción:
Es el seguro tradicional. Protege a los beneficiarios ante la muerte del asegurado de acuerdo con la suma asegurada. La póliza queda anulada si su vigencia termina antes de que fallezca el asegurado sin ninguna contraprestación por parte de la entidad de seguros.
Es un seguro con cobertura en caso de fallecimiento; sin embargo, en este caso la aseguradora se compromete a abonar al asegurado una determinada cantidad de dinero en una fecha establecida si el asegurado sobrevive al plazo del vencimiento de la póliza.
En este tipo de seguros tiene especial relevancia su tratamiento fiscal, como suele ser un contrato a mediano y largo plazo, los beneficios financieros que se obtengan pueden estar sujetos a una cierta tasa de exención del pago de impuestos.
El asegurado tiene garantizada el pago de una renta vitalicia mientras viva, después de determinada edad o tiempo establecido.
En resumen, las compañías aseguradoras ofrecen a sus clientes seguros de vida con distintas variantes que pueden resultar más o menos convenientes a sus intereses y necesidades ya sea que busquen cubrir sólo el riesgo de muerte o que también quieran aprovecharlo como una opción más de ahorro e inversión con objetivos de rentabilidad a mediano y largo plazo.
En el caso de Skandia, su oferta incluye las siguientes opciones: a) Seguro básico estandarizado que es, esencialmente, el seguro de vida tradicional; b) Tres seguros que combinan el ahorro-inversión con el seguro de vida tradicional: Crea, Capital seguro y Multitrust que responden a distintas necesidades financieras y características personales de sus clientes.
-Lee con atención las cláusulas de la póliza e identifica los riesgos cubiertos, exclusiones y coberturas adicionales, así como su costo.
-Checa lo referente al cumplimiento del pago de la prima, así como el periodo de gracia en caso de que exista y se enfrente una situación económica complicada que te dificulte cumplir con su pago en tiempo y forma durante cierto periodo.
-Que la honestidad sea tu bandera al contratar un seguro. Si das información falsa la aseguradora no estará obligada a pagarte el siniestro y puede dar por terminada la póliza sin ninguna obligación de devolverte las primas pagadas.
-Verifica el coaseguro y el deducible que está obligado a cubrir al hacer uso de sus servicios.
-Checa que tratamiento da la aseguradora a enfermedades derivadas de pandemias como el COVID-19.
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