¿Estás harta de vivir endeudada? ¡Cuidado porque entre más te enojes, la relación con tus acreedores puede complicarse cada vez más!
Las personas adquirimos deudas por 2 motivos:
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Me gasté mi dinero y no planeé.
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No puedo esperar a ahorrar y prefiero tener un beneficio de corto plazo aunque sea a través de la deuda.
Y cuando les digo que no planeamos, no me refiero a las veces que no pensamos en nuestro ahorro para el retiro, que es algo que nos parece tan lejano que ni siquiera lo tenemos entre nuestros objetivos; me refiero a cuando no planeamos ni cómo vamos a terminar la quincena. Hay quien se gasta su quincena al tercer día de que le pagaron y sobrelleva el resto utilizando su tarjeta de crédito o pidiendo prestado, es decir, a través de la deuda.
Ahora, sobre el segundo punto les diré que es uno de los peores errores y más frecuentes que se cometen. Vivimos acostumbrados a tener las cosas de manera inmediata, tiene incluso explicaciones científicas de cómo las compras aumentan el nivel de hormonas como la serotonina que equivale a tener felicidad.
La serotonina es también conocida como la “hormona del placer“ e interviene controlando procesos muy básicos de nuestro organismo como tener hambre, el impulso sexual, sensación de felicidad, inflamación y dolor, control del sueño.
Cuando la cantidad de hormona que circula en nuestra sangre es baja, nos solemos sentir más decaídos y anímicos; mientras que si aumentan los niveles, la euforia se apodera de nosotros. Es decir que cuando compramos algo, sentimos esa euforia, esa emoción, ese placer y por lo tanto hay reacciones en nuestro cuerpo a nivel bioquímico.
Pa´pronto: va más allá de algo que podemos controlar incluso de manera consciente.
Por lo tanto, recurrir a la deuda, aún cuando estemos con calificación negativa en el Buró de Crédito es algo muy común, es prácticamente responder a un instinto de supervivencia.
Revelando el secreto
Pero, ¡aquí viene la parte secreta!, ¿de qué manera nos relacionamos con esa deuda?.
Hoy te voy a decir lo que nadie más te había dicho sobre las deudas y la razón por la que cada vez terminas enojándote más con ellas y sin poderlas pagar.
Aquí te dejo 5 consejos para cambiar tu percepción:
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Si quieres cambiar la relación con tus deudas tendrás que comenzar a agradecer. Da gracias porque cada vez que necesitaste dinero para pagar una emergencia, un gusto, un gasto, tuviste a quién recurrir y fuiste tú quien se empoderó y tomó las mejores decisiones relacionadas con tu dinero.
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Ahora, de que lo tienes que pagar, eso es claro, pero si tú pagas con la conciencia de que fue algo que te ayudó a salir del paso, en lugar de centrarte en el enojo, podrás fluir en gratitud. Así que paga tus deudas y no dejes que ese tema se vaya convirtiendo en un bola de nieve.
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Considera que la deuda por supuesto que no es mala, lo que está mal es el cómo administramos nuestro dinero, cómo seguimos dejando que sea él el que controle nuestra vida, el que nos haga sentirnos de buen o de mal humor.
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Aprende a utilizar el apalancamiento, el crédito o el pedir prestado, como quieras llamarle, con un propósito, con conciencia y responsabilidad, por supuesto que no sólo le darás mayor valor a ese dinero, sino que incluso podrás maximizar tus recursos
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Si decides dejar de seguir endeudándote, evita seguir usando tus tarjetas de crédito. Guárdalos en un lugar seguro para evitar la tentación de usarlos y acostúmbrate a hacer tus compras en efectivo.